Viajar en caravana es muy diferente de unas vacaciones tradicionales. Unas vacaciones clásicas se caracterizan por un aburrido y casi siempre largo viaje en coche hasta el destino y sólo allí empieza todo. En unas vacaciones tradicionales, te levantas temprano por la mañana para poder recorrer al menos 3.000 km. Sólo se permiten las necesarias paradas para ir al baño y comer fideos caseros o albóndigas. Te tomas un expreso de 5 euros en la gasolinera y sigues adelante.
Cómo funcionan las vacaciones en caravana
Unas vacaciones en caravana empiezan completamente al revés. En la caravana llevas al menos 16 bolsas con cosas diferentes. Ropa, comida, chatarra deportiva y cerveza para abastecerse. Es como una pequeña mudanza, salvo que no llevas muebles. El plan es salir a primera hora de la mañana, pero después de 16 bolsas, te das cuenta de que aún te falta algo. Así que, como mucho, te vas a las seis de la tarde.
"Las vacaciones en caravana empiezan en el momento de partir"
Pues sí. En Grecia, las vacaciones no empiezan en la playa. El caravaning empieza desde el primer minuto. Y esa es una diferencia fundamental. No hace falta trasnochar inútilmente para estar en la playa por la mañana y dormir los dos días siguientes. Dondequiera que pare la caravana, estás de vacaciones.
¿Qué hay que planificar?
Así es como planificamos, o mejor dicho, no planificamos desde hace muchos años. No hay reservas ni un plan preciso. Eso es lo que tiene de diferente, interesante y aventurero. En el trabajo estamos acostumbrados a una gestión de proyectos diferente. Pensar en todos los detalles. Analizando todos los riesgos.

Pero el trabajo y las vacaciones son cosas distintas. Y unas vacaciones en caravana son exactamente lo contrario. Es algo que no necesita planificarse al detalle. Tienes dónde dormir, qué comer y libertad de movimientos. ¿No te gusta el sitio? Te vas a otro sitio. ¿Mal tiempo? Te mudas. En eso consisten los viajes y las vacaciones en caravana.
¿Cómo se conduce la caravana?
Conducir una caravana es completamente distinto a viajar en ella. Las caravanas suelen ser más lentas e incómodas que los 911. No batirás un récord de velocidad entre BA y KE con ninguna caravana, ni tomarás las curvas cerradas del Passo dello Stelvio. Rara vez se hacen más de 500 km al día con una caravana. Más bien diría que 500 es un techo saludable.

Por otro lado, ¿quién querría hacer más cosas con una caravana? Al fin y al cabo, unas vacaciones en caravana no consisten en estar en la caravana, sino en ver cosas fuera de ella. A nosotros nos gusta parar siempre en otros sitios, en otros pueblos, en otras ciudades. Descubrir nuevos lugares sin expectativas tiene sus ventajas. Los destinos no turísticos tienen su encanto. No hay la iglesia más grande del mundo, pero, por otro lado, seguro que hay mejor ambiente en un pub de la plaza formado por nativos normales, animados y auténticos. Además del ambiente auténtico, pagarás al menos la mitad de precio por unos espaguetis con ketchup.
¿Cómo disfrutar de unas vacaciones en caravana sin estrés?
Ir cada día a un sitio nuevo y ver todas las iglesias no son precisamente las vacaciones de nuestro agrado. En mi opinión, no hace falta verlo todo. Deja algo para el año que viene o para otra ocasión en que vuelvas a esta ciudad. Es mejor ver menos, pero de forma relajada. Tómate unos buenos espaguetis tranquilamente o siéntate en un café.
